La importancia de los ventiladores internos de los portátiles en verano
Los ordenadores portátiles se han convertido en una herramienta imprescindible en nuestro día a día. Aunque hasta hace unos años los llamados ordenadores de sobremesa eran la opción habitual en la mayor parte de los hogares, los portátiles han ido ganando terreno por su mayor versatilidad: proporcionan entretenimiento y son una herramienta de trabajo para muchas personas, con la ventaja añadida de que podemos trasladarlo al lugar en el que nos encontremos, tanto para ver una película, escuchar música o terminar una tarea. El trabajo a distancia que se ha implantado a la fuerza, debido a la pandemia, ha terminado de consolidar la tendencia.
Ahora bien, los portátiles necesitan unos cuidados para que podamos extraer todo su potencial durante el mayor tiempo posible. Sabemos que la pantalla es un componente delicado, pues si la golpeamos podemos fracturarla o provocar la aparición de píxeles muertos. También es conveniente limpiar el teclado con frecuencia, para evitar que el polvo que se introduce entre las teclas acabe bloqueándolas e inutilizándolas.
Pero, sin duda, lo peor que le puede pasar a un ordenador portátil es que alguno de sus componentes interiores se estropee. Es decir, que la “máquina” falle: una avería del hardware. Esto puede ocurrir por muy diversos motivos, pero uno de los más habituales es un sobrecalentamiento: por algún motivo, el ventilador interno que llevan todos los portátiles para refrigerar el sistema deja de funcionar, y algún componente como el procesador se recalienta en exceso y deja de funcionar.
Recomendaciones para la ventilación del portátil
Si se nos estropea, hay tiendas especializadas que ofrecen ventiladores para portátiles a buenos precios. Sin embargo, lo ideal es que el ventilador nos dure el mayor tiempo posible, a ser posible hasta que sustituyamos el equipo al completo. Para tener el ventilador en óptimo estado, el mejor consejo es que esté limpio. ¿Cómo lograrlo?
– Mantén lo más limpia posible la habitación. El principal enemigo del ventilador es el polvo. Cuanto menos haya mejor. Y, en todo caso, evita situar el equipo en un lugar donde entre mucho polvo: cerca de una ventana, junto a una obra…
– Mantén limpios los orificios de ventilación. Las carcasas exteriores de los portátiles tienen una zona con orificios para permitir el paso del aire. Cerciórate que esa zona está siempre descubierta, pues de lo contrario el ventilador no podrá renovar el aire y se generará exceso de calor.
– Sabemos que la existencia de polvo es casi inevitable, y parte de él termina depositándose sobre los componentes internos del ordenador. En ese caso, es posible que alguna vez tengas que limpiar el ventilador. Para hacerlo, debes conocer el interior de un ordenador portátil, porque necesitarás desmontarlo y desconectarlo completamente. Lo ideal es limpiarlo con aire comprimido. Si no, utiliza una brocha seca sobre las aspas y el marco. Por último, aplícale un trapo de microfibra, que atrapará las últimas partículas de polvo. Además, cerciórate de limpiar también a fondo la rejilla sobre la que se instala.
En verano, más cuidado
En verano debemos tener especial cuidado. Lógicamente, las temperaturas exteriores son más altas, y esto provoca que no podamos contar con la refrigeración natural en el caso de que el ventilador tenga un problema. De hecho, si prestas atención lo normal es que en verano escuchemos con más frecuencia el sonido del ventilador funcionando. Si observas que el ventilador entra con demasiada frecuencia en funcionamiento, puede existir un problema. Además de limpiarlo, es conveniente que levantes el portátil hasta situarlo un par de centímetros por encima de la base de apoyo para que circule el aire. Recuerda no obstruir nunca los orificios de ventilación.
Por último, te recomendamos prestar mucha atención al a temperatura superficial del ordenador. Un pequeño aumento de temperatura puede bastar para que algún componente se estropee de forma irreversible.
