
¿Qué necesitas para ser un experto en algún tema?

El tema de ser y convertirse en un experto es algo que cada vez más toma interés entre la comunidad profesional. Convertirse en un experto se ha vuelto una estrategia de sobrevivencia en el medio digital, toca resaltar entre miles de personas que hacen lo mismo que uno, para poder tener esa cuota de mercado que necesitamos para no desaparecer profesionalmente en el área a la que nos dedicamos. Pero también hay controversias en el tema respecto a lo que es ser y parecer un experto. Desde mi punto de vista las dos son importantes y necesarias. Veamos la razón.
¿Cómo ser experto en un tema?
Ser experto en un tema requiere de paciencia porque para serlo necesitas experiencia, necesitas equivocarte y, por supuesto, acertar alguna vez en tus decisiones. Bien lo ha dicho Niels Bohr…
“Un experto es una persona que ha cometido todos los errores que se pueden cometer en un determinado campo”.
Niels Bohr
No son la cantidad de aciertos, sino la seguridad en el camino a tomar, en un momento dado, lo que realmente define a un experto.
La seguridad da confianza, a uno mismo en primer lugar, y a terceros para que nos sigan. Porque incluso todos los expertos podrían estar equivocados en un momento dado como ya se ha visto en campos como la física, la astronomía o la medicina.
Los títulos universitarios de especialización y certificaciones de oficio ofrecen confianza, y muchas veces son obligatorios para practicar un oficio reglamentado. Por ejemplo, si tienes problemas legales, lo más recomendado es que acudas a un abogado penal, civil o mercantil de tu localidad para que te ayuden con tus problemas legales. Si tienes problemas de salud preferirás que te atienda un médico y no un veterinario ¿cierto?
Así que digamos que un título te aporta una base de confianza para atraer más gente.
Ahora bien, la cantidad de profesionales con títulos que no logran ofrecer resultados a sus clientes y pacientes también es abrumador y esto hace que reflexionemos sobre lo que se necesita para ser “experto en algo”. Entonces, ¿cómo nos convertimos en expertos en un tema?
La práctica es una de las respuestas más claras. Cuando haces algo de forma repetida una y otra vez, prestas la atención debida a lo que haces y corriges los errores, te aproximas a la espiral de la mejora continua, una forma necesaria de actuar para conseguir resultados. De esta forma tus aciertos son cada vez mayores y eso es lo que se espera de un verdadero experto.
Así que ser experto requiere de paciencia, no es algo que se logre de la noche a la mañana.
Y… ¿si no soy experto en nada?
Otro tema es que creas que no eres experto en nada, pero fíjate en lo siguiente.
Todos los días te levantas y tienes una rutina. Esa rutina te hace ser más ágil en algo, ya sea hacer comidas prácticas, lidiar con los niños en tiempo récord, organizar tus ideas cada vez más veloz, hacer un plato rico con pocos ingredientes, en fin, solo tu sabes que haces mejor que nadie todos los días.
Esos detalles que no le das importancia son rutinas que te hacen ser experto en algo. Y por cierto hay mucha gente que le ha sacado un gran provecho financiero a esos pequeños detalles como Marie Kondo quien se ha hecho famosa ordenando el desorden de su casa. Aunque no lo creas se ha convertido en consultora para el orden, tiene su propio blog y es imagen de revistas como El Mueble.
Indicadores de credibilidad de imagen
Pensar en el caso de Marie Kondo nos hace reflexionar sobre otro detalle, los indicadores de credibilidad de imagen que ayudan a crear una imagen de experto, aunque no lo seas. No solo necesitas ser experto, también necesitas aparentar que lo eres, es un asunto más de psicología. La gente necesita sentir confianza en ti y hay indicadores que ayudan en este tema, por ejemplo:
- Tener un blog te permite crear empatía con los otros, no estás escondido y eso da confianza. Las fotos, las imágenes, tus escritos respecto al tema dejan ver quién eres y brindan un puente de empatía.
- Tener un libro en el tema que tratas proporciona una imagen de experto. Las personas con sus propios libros se perciben como exitosas, organizadas, adineradas, inteligentes. Y eso da confianza.
- Dar conferencias, presentarse en eventos, dar clases en universidades son acciones que aportan mucha empatía porque se reflejan como un interés real por los otros. Es decir, tu oficio no solo es un mercantilismo, también tiene un impacto social y desinteresado cuando transmites lo que sabes a terceros.
- La aparición en medios de comunicación locales o internacionales, online y offline ayudan mucho a tu imagen, pues si estás allí es porque tienes algo importante que decir, que mostrar, tu trabajo ha llamado la atención y ya eres un referente en tu área.
En conclusión, para ser un experto en un tema necesitas serlo y aparentar serlo. Si eres experto y no lo aparentas son muchas las oportunidades que perderás, descubrirás inventos que otros aprovecharán sin tu debido mérito. Si no eres experto, pero aparentas serlo te convertirás en un “vende humo”, una persona que pronto perderá clientes, amistades, dinero y el mejor activo de todos los negocios, la confianza de los demás.